¿Qué tienen en común tu cuerpo y una regleta eléctrica? La importancia de estar conectado a tierra
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Todos sabemos que un dispositivo eléctrico mal conectado a tierra puede arder, explotar o fallar. Lo curioso es que tu cuerpo, aunque no se incendie, sufre consecuencias similares cuando no está conectado a la Tierra.
La electricidad estática, los campos electromagnéticos y la desconexión física del suelo están afectando a millones de personas sin que se den cuenta.
1. La analogía: tecnología sin tierra = caos
Una regleta sobrecargada sin puesta a tierra puede provocar un incendio.
No es solo teoría: todos hemos visto imágenes de enchufes humeantes o cables derretidos.
¿Por qué ocurre? Porque no tienen por dónde liberar ese exceso de carga eléctrica.
Tu cuerpo tampoco. Y aunque no lo notes con fuego y humo, el daño es más silencioso: estrés crónico, inflamación, insomnio, ansiedad, tensión muscular...
2. Tu cuerpo es bioeléctrico
El cuerpo humano genera y gestiona electricidad constantemente: en el corazón, el cerebro, los músculos… Pero cuando te desconectas de la Tierra —especialmente en ciudades, suelas aislantes y ambientes tecnológicos— acumulas cargas positivas que no se disipan.
Efecto: desregulación del sistema nervioso, fatiga, peor recuperación, irritabilidad.
3. La solución: volver a tierra
Igual que un enchufe necesita una toma de tierra para no explotar, tu cuerpo necesita contacto con la Tierra para descargar el exceso de carga y volver a equilibrarse.
Y no necesitas vivir en una cabaña en el bosque. Puedes hacerlo:
- Caminando descalzo sobre tierra, hierba o arena
- Usando alfombrillas de grounding mientras trabajas o descansas
- Introduciendo momentos de conexión natural en tu rutina diaria
La electricidad acumulada en el cuerpo puede no verse, pero se siente.
No esperes a “arder por dentro” para reconectar con lo esencial.
🧘♀️ Grounding no es una moda, es fisiología. Y empieza por el suelo.